
El cuidado de la piel varía según la etapa de la vida, y los farmacéuticos pueden ofrecer recomendaciones personalizadas para cada momento. En la infancia, la piel es especialmente delicada, por lo que se aconseja usar productos hipoalergénicos, sin perfumes y con ingredientes suaves. Durante la adolescencia, los cambios hormonales pueden causar acné, por lo que es importante mantener una higiene adecuada con limpiadores específicos y evitar productos comedogénicos. Los farmacéuticos pueden orientar sobre tratamientos tópicos adecuados para controlar el exceso de grasa y prevenir brotes.
Cuando ya somos adultos, el enfoque cambia hacia la hidratación y la prevención del envejecimiento cutáneo. En esta etapa, se recomienda usar cremas hidratantes con antioxidantes y protección solar diaria, incluso en días nublados. Con el paso del tiempo, la piel pierde elasticidad y se vuelve más seca, por lo que en la tercera edad se aconsejan productos nutritivos, suaves y sin alcohol. Además, los farmacéuticos pueden ayudar a identificar signos de sensibilidad o reacciones adversas, y sugerir productos adecuados para mantener la piel saludable en cada etapa.